“No sé que me pasó que llegué tarde, creo que se me pegaron las sábanas… Es que hay un tranque interminable, siempre me pasa! y así el enorme rosario de excusas…”
¡Qué difícil se hace cuando no somos puntuales! Nos convocan a las 7 y llegamos a las 8, nos invitan para las 8 y entramos al recinto a las 10 y lo peor de todo, es que se extiende a citas médicas, odontológicas, reuniones de trabajo, entrenamientos y hasta citas formales para cerrar un determinado negocio.
Hay muchas variables que son parte integral de nuestra falta de puntualidad. Nuestra inseguridad nos hace imitar a los otros pensando que todo lo de los demás está bien y no asumimos con rectitud el lograr las cosas por nuestros propios méritos y desestimar una posible burla o descalificación muy típica de gente inescrupulosa.
Si nos invitan a una fiesta a las 9 de la noche y llegamos a esa hora, en lugar de reconocer la puntualidad, socialmente nos tildan de “arroceros” por llegar de primeros, nos burlan que somos unos muertos de hambre que queremos pescar lo mejor de la noche, y a veces encontramos que ni el anfitrión de la fiesta está listo y arreglado.
Es cuestión de imagen, de autoestima, de motivación, de educación, de propósito.
Digo IMAGEN porque podemos proyectar que somos personas serias, que controlamos efectivamente nuestro tiempo, que nos manejamos en base a una agenda y que sabemos cumplir con todos en forma planificada. Me refiero a AUTOESTIMA, porque si te sientes bien contigo mismo(a) no tienes porqué prestarle atención a comentarios desagradables si tú eres una persona que valoras tu tiempo en la vida.
Hago mención a la MOTIVACION, porque si sabes que ese compromiso va a ser para bien tuyo y del resto, bien vale la pena esmerarte por estar a tiempo e incluso tomar previsiones y llegar unos minutos antes. Es muy sabio ese dicho que dice: “Quien madruga recoge agua clara” así que no dejes las cosas para último momento. Y hablo de EDUCACIÓN, sencillamente porque debemos ser puntuales en beneficio de todos. Son hábitos que debemos aprender desde pequeños en nuestro Hogar. Nadie tiene que asumir tu impuntualidad ni tú tienes el derecho de disponer de la vida de terceros, así que debe haber un PROPOSITO FIRME de cambiar de actitud y sincerarte contigo mismo para que cuando te digan a una hora, estés allí a esa hora.
En una oportunidad alguien se me acercó a decirme que el problema de las personas impuntuales estaba en el CUMPLIMIENTO y como anécdota me definió el término desglosándolo de la siguiente forma: CUMPLIMIENTO ES: CUMPLO + MIENTO. ¿Alguna vez han oído entre sus amistades el comentario de que estuvo allí presente para cumplir? O también ¡Gracias a Dios que ya cumplí y salí de eso! Es el momento estelar para reflexionar y corregir errores a tiempo.
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